Las llamas destruyeron el segundo piso del local capitalino.
Bomberos y los dueños del recinto no descartaron intencionalidad en el origen del fuego.
Foto: Twitter: @FAVO_VERA (Captura)
Un incendio devastó este miércoles por la noche el tradicional restaurante El Rincón de los Canallas, en pleno centro de Santiago.
Las llamas se iniciaron cerca de las 21.00 horas en el popular local ubicado en la intersección de las calles San Francisco con Tarapacá.
Personal de Bomberos de Santiago acudió a controlar las llamas que se concentraron en el primer y segundo piso del inmueble, por lo que los voluntarios emplearon una escalera telescópica para combatirlas.
«El primer piso registra un gran nivel de pérdida», mientras que el segundo nivel «fue afectado por temperatura y por humo», detalló el teniente primero de Bomberos Gabriel Araya.
El restaurante estaba próximo a realizar un cambio de ubicación, por lo que parte del mobiliario ya había sido retirado de su interior.
«Estamos realizando la investigación para ver cuáles fueron las causas del siniestro», indicó el voluntario. A priori, Bomberos y los dueños del local no descartaron intencionalidad en el origen del fuego.
10-0 Tarapacá y San Francisco B5 – B10 – Q8 @Bomba_Decima @cbsantiago
La historia del Rincón de los Canallas
Comenzó en 1980, como centro de reuniones de amigos durante el toque de queda, funcionando en un local de calle San Diego, en el centro de Santiago.[1] Al ser un local clandestino, los pocos clientes, por seguridad, evitaban llamarse entre ellos por sus nombres, prefiriendo tratarse como «canallas». Una versión dice que el uso de la palabra «canallas» derivó del nombre por el cual Augusto Pinochet llamaba a los votantes del «No» en el plebiscito de 1980. Ello significó que los clientes del restaurante asumieran dicho apelativo con orgullo, y se autodenominaban de esta forma cuando se encontraban en este lugar.
Aprovechando las radioemisoras de oposición, los «canallas» se dictaban contraseñas para ingresar al restaurante (bajo el código «canalla llamando a canalla»), y así intentar evitar el acoso de los agentes del gobierno, aunque igual el lugar sufrió atentados, allanamientos, detenciones, multas, y finalmente fue clausurado por las autoridades, debiendo cerrar el 31 de diciembre de 1983.
