La histórica grabación fue capturada desde el Hotel Carrera.
Durante la mañana de este jueves se confirmó el fallecimiento de Manuel Martínez, histórico camarógrafo que grabó el bombardeo de La Moneda en septiembre de 1973.
Martínez era reconocido por el registro histórico que logró obtener desde una ventana del Hotel Carrera, ubicado en la calle Teatinos, mientras trabajaba en TVN.
El profesional también se desempeñó en medios como Mega, especialmente en el ámbito judicial.
A Manuel Martínez el golpe lo pilló trabajando para TVN. Ese martes estuvo bajo las balas, se cayó al enredarse los pies con el cable de su cámara y tuvo que permanecer dos días atrincherado en el Hotel Carrera.
«Tenía unos 35 años y trabajaba en Televisión Nacional. El 73, ya como en mayo se hablaba de que podía venir un golpe, de que podía pasar algo. Yo entraba a las 7.30, 8 de la mañana, tenía un editor que nos decía ‘cuidado muchachos, hoy puede pasar algo’. El país estaba dividido en dos, rojos y azules, y estaban esos nervios, tanto es así que tenía seis hermanos menores y le decía a mi mamá que no lo los llevara al centro, porque dicen que hoy día… todo el mundo andaba con eso».
«En junio fue el famoso tanquetazo. Yo trabajaba en Prensa de TVN y me llama el director de Prensa, José Miguel Varas, desde Puente Alto, donde vivía él. Me dice: Manolito, algo pasa, hay ruido de sables. Llegué como a las 7 al canal con mi asistente. Don José Miguel me llama y me dice diríjanse a La Moneda, pero si algo pasa se van para al canal de inmediato, no quiero mártires. Eso de ‘no quiero mártires’ se me quedó. Íbamos con el joven Jaime Vargas, que estaba en Canal 13, y que recién esa semana se había cambiado de pega. Un brillante periodista».
«Llegamos a La Moneda y vimos a los Carabineros que estaban de guardia, pero como defendiéndola, con cascos y ametralladoras. Jaime Vargas no llegaba todavía y yo estaba con mi asistente, Dagoberto Quezada, y nos dirijimos de inmediato a la puerta, pero no nos dejaron entrar. Pero cómo, dijimos, si estaba el director general del canal, Augusto Olivares, el perro Olivares, brillante el caballero. Pero no nos dejaron entrar. Ya habían comenzado a llegar otros periodistas al sector».
Aparecen los tanques
«De pronto vimos que los Carabineros entran a La Moneda, y quedo solo alla afuera. Todavía no llegaban los militares. Hasta que, no estoy muy seguro, tipo 10.30 aparecen los tanques, de oriente a poniente. Se sitúa uno en Teatinos con Moneda; el otro en Agustinas con Teatinos, y el otro en Morandé, y todos con armamento de combate. Tengo unas imágenes -me disculpen- famosas porque miro al balcón cuando sale el Presidente Allende a mirar; me parece que es la última imagen suya, mirando con preocupación con sus escoltas».
«Nosotros estábamos mirando para todas partes, cuando empiezan disparos de francotiradores desde el Ministerio de Hacienda, por Teatinos. Ahí ya toman posiciones de combate y comienzan a darle duro. Ahí se disolvió el grupo, y había un corresponsal uruguayo de la BBC, me dice que esta en el piso 12 del Hotel Carrera y partimos. Me fui caminando, grabando La Moneda, y me enredo en el cable de la cámara y me saqué la mierda con cámara y todo, y esos son los pies que se ven pataleando hacia arriba».
«Dénle duro al piso 12, debe ser un comando cubano»
«Nos fuimos al piso 12, con una vista espectacular. Yo llevaba una cámara con sonido directo, las CP, con película, en ese tiempo no había video. Con un chasis que cargaba 400 pies; eran 10 minutos para filmar. Era una cámara muy buena esa camarita teníamos solamente dos en el canal. Me había llevado 1.200 pies; tenía para 30 minutos. Había trabajado mucho en cine, en Chile Films, entonces iba guardando para no gastar todo el material».
«Ahí ya teníamos una balacera por todos lados ya. Nosotros sacamos la cabeza y ahí comienzan a dispararnos; según un Informe Especial de Santiago Pavlovic en TVN, fue el general (Javier) Palacios quien dice «dénle duro al piso 12, que debe ser un comando cubano». La cámara negra tenía un zoom, un teleobjetivo de 145mm. Y ahí comienzan a darnos duro».
Veintisiete balazos
«Mi asistente contó 27 balazos en la habitación. Nosotros estábamos afirmados con el cuerpo hacia la pared. Y el edificio, antiguo, aguantó. Resistimos, estuvimos atrincherados hasta tipo 12, 13 que nos bajaron. Me fui al entrepiso y desde ahí hice unas tomas muy buenas de La Moneda quemándose. Ahí es cuando tomo la bandera cuando se quema, hecha pedazos en el aire. Fue fuerte, muy fuerte. La gente dice ‘no tuve miedo’, pero sí hay miedo: la boca se seca, las manos transpiran. Un momento duro, duro».
«Yo he sido camarógrafo 50 años y uno pesca la cámara y es como que ésta que lo va a defender. Uno siente el miedo que es brutal: yo estuve trabajando en Uruguay, con los tupamaros, en Argentina, en Salvador, en Nicaragua… yo soy sentimental y cuando veía La Moneda en llamas, con la bandera quemándose, decía ‘somos chilenos, por la puta’. Es terrible».
«Es la imagen que me ha perseguido toda la vida. Creo que voy a morir con eso. Paso por ahí y la vista se me va altiro».
«No nos dejaron salir del hotel hasta el jueves a la una de la tarde. Nos fuimos a hacer tomas en La Moneda, toda quemada, y me fui al canal. Pero al llegar éste ya estaba tomado por los militares, y el coronel Sepúlveda, a quien ya ubicábamos de la Fach, me mandó al norte, a Chuqui».
«Las imágenes que hice recién se dieron para el Año Nuevo del 73, y ahí todos quedaron ‘oh, lo que pasó, qué terrible’. Eso fue muy grande. Lo del 11 es lo más grande que me pasó como gráfico Y no tengo copias de la imágenes».