El artista falleció a los 76 años. Llevaba tiempo alejado de la vida pública y los escenarios, tras sufrir un infarto en 2016
El cantautor y pintor Luis Eduardo Aute, de 76 años, falleció este sábado en Madrid, informaron a Efe fuentes de su entorno familiar.
Aute estaba retirado de los escenarios desde que sufrió un grave infarto en 2016, que lo mantuvo dos meses en coma.
Tras varias estancias en hospitales, entre ellos uno cubano, Aute (Manila, 13 de septiembre de 1943) permanecía en su casa, cuidado por su familia.
Autor de himnos de la Transición como «Al alba» o «Rosas en el mar», que hicieron populares Rosa León y Massiel antes de que él mismo se decidiera a grabar sus composiciones, deja un legado de más de 400 canciones que son una oda al amor, a la vida y a la libertad. «Una de dos», «Amor», «La belleza», «Slowly», «Alevosía», «Sin tu latido» o «Las cuatro y diez» forman parte de la memoria sentimental de varias generaciones. «Las canciones, como los poemas, son una manera de hablar conmigo mismo», decía el creador.
Su búsqueda de lo mágico y lo inesperado se plasmó también en quince poemarios −el último editado en 2016 bajo el título «El sexto animal»−, una decena de películas y 30 exposiciones plásticas individuales. Vivía sin ordenador y sin móvil, un lujo al alcance de pocos osados, lo que le permitía dilatar el tiempo para crear. Aunque su faceta de músico fue siempre la más conocida,sus vocaciones poética y pictórica fueron igual de tempranas.
Luis Eduardo Aute nació el 13 de septiembre de 1943 en Manila, Filipinas. De padre catalán y madre filipina, cuando tenía ocho años se trasladó junto a su familia a España. Primero vivió en Barcelona, pero a los pocos meses se asentó en Madrid, ciudad en la que residió desde entonces, aunque en un principio se le antojase triste y gris. A esa misma edad empezó a pintar, y a los dieciséis ya presentó su primera exposición individual. Fue en la Galería Alcón de Madrid en 1960. Sin embargo, en 1963 ingresó en la Escuela de Aparejadores, lugar que abandonó a los quince días… Algunos de sus trabajos han viajado a ferias internacionales como la Bienal de París (1964), la de Sao Paolo (67), o ARCO en varias ediciones. Más recientemente, entre 2004 y 2010, realizó una retrospectiva itinerante que, bajo el título «Transfiguraciones», llevó su obra por toda España y algunos países de América Latina.
Se trasladó a París, donde descubrió a Jacques Brel y Georges Brassens. Lo francés se instaló en él: la elegancia de la Nouvelle Vague, la canción francesa… Luego, descubrió Bob Dylan, una de sus grandes influencias. Por aquel entonces ya se prodigaba también en la música. Tocaba la guitarra eléctrica desde los quince años, y muy joven se presentó al programa de RTVE «Salto a la Fama». Fue en 1966, con 23 años, cuando Aute se decidió a entrar él mismo en el estudio de grabación. Lo convencieron desde la discográfica RCA con la condición de tener que dar conciertos ni hacer promoción, para poder tener tiempo de seguir pintando, condición que fue respetada durante más de diez años. Terminó convirtiéndose en uno de los cantautores más conocidos y celebrados de este país, que hoy llora su pérdida en un mar de pérdidas.
Su primer álbum se tituló «Diálogos de Rodrigo y Jimena» e incluyó canciones como «Rosas en el mar» y «Aleluya 1», que ya había hecho populares Massiel. La canción «Al alba» la escribió inspirado en los últimos fusilamientos del régimen franquista, en 1975, y la primera en cantarla fue Rosa León, que la dedicó en sus conciertos a los condenados a muerte. En total tiene 30 álbumes publicados y en 1983 recibió el Premio Nacional del Disco del Ministerio de Cultura por el disco doble «Entre amigos».
Sus siguientes discos llegarían en 1975 («Espuma», con el subtítulo «canciones eróticas»), 1977 («Sarcófago»), 1979 («De par en par»), 1982 («Fuga»), 1984 («Cuerpo a cuerpo») y 1998 («Aire/Invisible»), aunque unos años antes, en 1993, graba un disco con Silvio Rodríguez, «Mano a Mano». Aute recupera el tema «La vida al pasar», que compuso para Marisol en «Alas y balas» (2003). En los años siguientes publica dos recopilatorios, bajo el título «Auterretratos Vol. 1 y 2», con revisiones de temas clásicos. En el segundo i ncluía dibujos en tres dimensiones. Música, arte y poesía, sus tres grandes pasiones, fueron de la mano a lo largo de toda su carrera. El amor centra un libro-disco, de 2006, titulado «Días de amores», con la letra de canciones de su repertorio que tienen como tema principal el amor. El CD incluye once nuevas versiones de canciones clásicas de su repertorio más el tema inédito.
En su faceta audiovisual ha compuesto bandas sonoras para películas de Jaime Chávarri, Luis García Berlanga o Fernando Fernán Gómez, entre otros, y es autor de varios cortos y del largometraje animado «Un perro llamado Dolor», nominado a los Goya en 2002 y seleccionado en festivales como San Sebastián, Valladolid o La Habana.
Su salud se resintió gravemente en agosto de 2016 cuando sufrió un infarto que lo mantuvo dos meses en coma. Desde entonces y tras varias estancias en hospitales, permanecía en su casa, cuidado por su familia. Ese año fue el último en el que pisó los escenarios, con el tour La Gira Luna, en el que cantaba algunas de sus canciones más emblemáticas, incluidas en el disco homenaje Giralunas, que grabaron un año antes músicos como Xoel López, Leiva, Depedro, Rubén Pozo y Soleá Morente. Dos años después llegaría el citado concierto homenaje de sus amigos para animarle en su recuperación y celebrar su legado. Hoy todos ellos loran su muerte.